“De este pequeño redil levantaré una obra muy grande donde me manifestaré, prosperaré y traeré las almas; les enseñaré doctrina y los usaré, les daré todos los dones espirituales y los respaldaré, mi obra crecerá por el mundo, yo la levantaré, yo mismo la dirigiré y la gobernaré“.
“En cualquier lugar donde se encuentre un alma sincera la traeré a este lugar, les daré paz, gozo y felicidad. Unos desearán unirse, aún vendrán de otras congregaciones y se unirán a mi iglesia“.
“Toda persona que entre a mi lugar será bendecida materialmente y espiritualmente, traeré a los que han de ser salvos, mucha gente se convertirá, les enseñaré mi doctrina, les daré revelaciones y a sus palabras daré mi respaldo“.
“Mi Espíritu los guiará, y les enseñará todas las cosas”.
Todas estas promesas se han cumplido, las personas han tenido la oportunidad de oír a Dios a través del don de la profecía, las visiones, los sueños, las revelaciones, el discernimiento.
Las personas han disfrutado del poder de Dios en sus corazones, han sido transformadas de sus vicios y defectos. Así mismo, han sido bendecidas en la vida material, pero ante todo han sido llenas de gozo y paz que solo Dios puede conceder.
En estos años ha sido maravilloso el crecimiento de la Iglesia, existen más de 800 lugares en el mundo, donde miles de personas disfrutan del evangelio completo, donde el Dios viviente guía a su pueblo.

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